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La pintura y el arte Paleocristiano

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El arte paleocristiano se remonta desde el siglo I d.C. hasta aproximadamente el siglo VI d.C. Nacido como un grito de libertad, para entender el arte paleocristiano, tenemos que conocer que, durante sus comienzos, la religión cristiana estuvo perseguida y castigada.

Sus practicantes, a menudo, realizaban sus ritos en cuevas y catacumbas adornadas con símbolos y pinturas que expresaban su necesidad de comunicar y exaltar su religión con libertad.

Arte paleocristiano: Los principales símbolos de la religión prohibida

Los primeros siglos después de la muerte de Jesús ofrecieron a los cristianos pocas oportunidades para la expresión artística o arquitectónica. El cristianismo fue a menudo oprimido por el Imperio Romano.

Los Cristianos a menudo veían sus propiedades confiscadas, e incluso podían ser quemados vivos si revelaban su fe. En un entorno tan hostil, las grandes representaciones de arte cristianas habrían demostrado ser una desventaja, sin embargo, surgieron una serie de símbolos como representación ahogada de las creencias de la nueva religión.

Ichthys o “pez de Jesús”

El único símbolo claramente cristiano de esta temprana edad era el Ichthys, o “pez Jesús”. El Ichthys era un símbolo secreto, cuyo nombre formaba un acróstico del concepto central de la fe cristiana.

«Representación del símbolo Ichthys» Fuente: Wikimedia

Cada una de las letras del Ichthys representaba un significado especial para el cristiano “nacido de nuevo”:

  • I Iota: representaba el nombre “Jesús” que en griego se pronuncia “Iesous”
  • X Ji: representaba “Christos”, que es la forma griega de la palabra judía “Mesías”
  • Θ Theta: representaba la palabra griega “Theou”, que se traduce como “Dios” o “de Dios”
  • Υ Ípsilon: representaba “Uios” y se traduce como “Hijo”
  • Σ Sigma: representaba la palabra griega “Sooteer”, que significa “Salvador”

El significado completo se traducía como “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”

El Buen Pastor

Aunque los frescos y pinturas conservados han dejado testimonio de su profunda fe en Cristo, siendo las figuras del Antiguo Testamento los personajes más representados. Los antiguos cristianos usaron la pintura y la escultura para transmitir ciertos símbolos que servían para comunicar su fe en secreto.

Representación del Buen Pastor en las Catacumbas de Priscila (250-300), Roma
«Representación del Buen Pastor en las Catacumbas de Priscila (250-300), Roma» Fuente: Wikimedia

Así, el Buen Pastor, advocación aplicada en el antiguo testamento a Dios, a través de la palabra “Yaveh”, y en el nuevo testamento a Jesucristo a través de parábolas, se convirtió en una representación común de Jesucristo, identificado como el pastor que cuidaba de su cordero.

Chi-Rho, el Crismón

Este antiguo monograma de Cristo apareció por primera vez a principios del siglo III y puede verse estampado en antiguas monedas, escudos, cascos y numerosas obras de arte e impresiones.

Crismon Paleocristiano Itzel Miron
«Crismon Paleocristiano Itzel Miron» Fuente: Pinterest

El símbolo se deriva de las dos primeras letras (Chi, Rho) de la palabra griega XPICTOC, (Christos), que significa Cristo.

Las tumbas: El nacimiento de la pintura y el arte paleocristianos

Los inicios de un arte cristiano identificable se remontan a finales del siglo II y principios del III. Considerando las prohibiciones del Antiguo Testamento contra las imágenes grabadas, es importante explicar como llegó a desarrollarse el arte paleocristiano.

La mejor explicación para el surgimiento del arte cristiano en la iglesia primitiva se debe al importante papel que jugaron las imágenes en la cultura greco-romana. A medida que el Cristianismo ganaba conversos, estos nuevos fieles, que habían sido educados en el valor de las imágenes, querían continuar con esta forma de expresión en su nueva vida.

A pesar de los intentos de la clase gobernante por enterrar la fe cristiana, la fuerza de la nueva religión hizo que se extendiera con rapidez, siendo el siglo IV, el momento en el que pasó a disfrutar de beneficios y leyes que la favorecían y castigaban a las religiones paganas.

Las catacumbas

A diferencia de sus predecesores paganos, los cristianos no eran fanáticos de la cremación. Los cristianos creían en una resurrección corporal. Por lo que, en lugar de guardar las cenizas de sus sedes queridos en casa, los cristianos enterraban a sus muertos.

En una superpoblada Roma, con su severa falta de espacio, esto significaba que los cristianos tenían que encontrar lugares únicos para poner sus cuerpos. La solución de la nueva religión fue hacer un túnel en la suave piedra volcánica debajo de la ciudad. Allí construyeron increíbles catacumbas, siendo en estas catacumbas donde comenzamos a ver los primeros rastros del arte Cristiano.

Los primeros cristianos decoraron sus catacumbas con frescos, o pinturas sobre yeso fresco. Estos frescos paleocristianos, muy simples y alegóricos (nada refinados), copiaban el estilo pompeyano que era popular en todo el Imperio Romano, reutilizando el viejo estilo para un nuevo contenido.

La escultura y los sarcófagos paleocristianos

Después de que el emperador Constantino legalizara completamente el cristianismo con el Edicto de Milán en el año 313 d.C. los cristianos comenzaron a enterrar abiertamente a sus muertos con grandes sarcófagos, o ataúdes de piedra. Siendo estos sarcófagos los primeros ejemplos de escultura cristiana.

Sin embargo, con la escultura, los cristianos se enfrentaron a un nuevo problema. El mundo clásico estaba lleno de escultura, desde ídolos de dioses a frisos y esculturas de tamaño real que adornaban los edificios.

Los primeros cristianos vieron las esculturas paganas de dioses como lo que eran, imágenes grabadas, que estaban estrictamente prohibidas por la Biblia como idolatría. Por esta razón, la escultura pasó a un segundo plano durante los primeros años cristianos.

Sarcófago de Junio Baso, Roma, mediados del siglo IV d. C.
«Sarcófago de Junio Baso, Roma, mediados del siglo IV d. C.» Fuente: Wikimedia

Aunque los primeros Cristianos hicieron uso de la escultura, tuvieron especial cuidado en asegurarse de que fuera claramente parte de la decoración, más que un objeto de adoración. Por lo tanto, la escultura paleocristiana evitaba la escala a tamaño real de sus predecesores paganos. En su lugar, realizaron esculturas en relieve poco profundas y representaban escenas bíblicas y alegorías Cristianas.

Los mosaicos de los primeros cristianos

Además de legalizarlo, Constantino también patrocinó activamente la difusión del cristianismo a través de la construcción de iglesias en todo su imperio. Aunque estas iglesias eran muy sencillas en su exterior, sus interiores estaban llenos de coloridos diseños en forma de mosaicos.

El mosaico, que había existido desde los tiempos de los sumerios, se convirtió en una de las principales representaciones artísticas de la nueva religión. Dotados de estos grandes espacios, los primeros cristianos tomaron el arte del mosaico de los suelos y lo extendieron por techos y paredes.

Los primeros cristianos crearon mosaicos de narraciones bíblicas, maravillas simbólicas en las que, en lugar de piedra natural, usaron vidrio de color. Lo que se tradujo en colores vibrantes y una especie de acabado brillante y semitranslúcido.

Aunque los artistas paleocristianos crearon mosaicos hermosos, esta manifestación artística alcanzaría su cúspide en el periodo bizantino.

Principales temas en el arte paleocristiano

Como ya hemos explicado, un aspecto fundamental del arte paleocristiano del siglo III, es la ausencia de las imágenes que dominarán el arte cristiano posterior. No encontramos en este período temprano imágenes de la Natividad, la Crucifixión o la Resurrección de Cristo.

Esta falta de imágenes directas de la vida de Cristo, se explica debido al secretismo de la nueva fe, formando las historias de la Crucifixión y Resurrección, parte de los secretos del culto.

Muerte y Resurrección

El tema de la muerte y la resurrección, se representaba a través de una serie de imágenes, muchas de ellas derivadas de pasajes del Antiguo Testamento que se hacían eco de los temas.

Por ejemplo, la historia de Jonás tragado por un gran pez, que después de pasar tres días y tres noches en el vientre de la bestia es vomitado en tierra seca, fue vista por los primeros cristianos como una anticipación o prefiguración de la historia de la propia muerte y resurrección de Cristo.

Las imágenes de Jonás, junto con las de Daniel en la Guarida del León, los Tres Hebreos en el Horno de Fuego o Moisés Golpeando la Roca, entre otras, fueron muy populares en el arte cristiano del siglo III, tanto en la pintura como en los sarcófagos.

Salvación

El tema común de la salvación, puede verse como una alusión alegórica a las principales narraciones de la vida de Cristo. La aparición de este tema en las catacumbas y sarcófagos puede leerse como una letanía visual:

“sálvame Señor como salvaste a Jonás del vientre del gran pez, sálvame Señor como salvaste a los hebreos en el desierto, sálvame Señor como salvaste a Daniel en el foso de los leones, etc.”

Uno puede imaginarse que los primeros cristianos, que se reunían en torno a la naciente autoridad religiosa de la Iglesia contra las amenazas regulares de persecución por parte de la autoridad imperial, encontrarían un gran significado en la historia de Moisés al golpear la roca para proporcionar agua a los israelitas que huían de la autoridad del faraón en su éxodo a la Tierra Prometida.

Las primeras representaciones de Cristo y los apóstoles

Una temprana representación de Jesús encontrada en la Catacumba de Domitilla, muestra la figura de Cristo flanqueado por un grupo de sus discípulos o estudiantes.

Fresco de la catacumba de Domitilla, Roma. Siglo IV d.C.
«Fresco de la catacumba de Domitilla, Roma. Siglo IV d.C.» Fuente: viajarroma.com

Aunque esta imagen podría confundirse con una representación de la Última Cena, la realidad es que la imagen no cuenta ninguna historia. Si no que transmite, más bien, la idea de que Cristo es el verdadero maestro.

Cristo vestido con ropas clásicas sostiene un pergamino en su mano izquierda mientras su mano derecha está extendida en el llamado gesto “ad locutio”, o el gesto del orador. El vestido, el pergamino y el gesto establecen la autoridad de Cristo, que se coloca en el centro de sus discípulos. Cristo es así tratado como el filósofo rodeado de sus estudiantes o discípulos.

Referencias:

https://www.repro-arte.com/historia-arte/paleocristiano/
https://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_paleocristiana
https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_paleocristiano
https://vaventura.com/cultura/arte/historia-de-la-pintura-1-arte-paleocristiano-prerromanico-y-romanico/

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