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Pintura de Historia

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El llamado género pictórico “pintura de historia” o “pintura histórica”, trata de representar escenas de eventos de la historia religiosa y de la historia antigua o contemporánea.

Podían ser acontecimientos recientes en aquel momento, así como acontecimientos mitológicos egipcios, romanos, o griegos.

De esta manera, se intentaba representar una idea o una historia en el cuadro. Es decir, que no simplemente se trataba de ilustrar una escena, sino que también se buscaba narrar una historia valiéndose de figuras humanas, animales, objetos, etc. Además, las pinturas de historia tenían por objetivo resaltar el valor moral del acontecimiento y el personaje representado.

Al ser cuadros de grandes dimensiones, usualmente, decoraban los espacios públicos, edificios de gobierno o palacios. Por esto, la pintura de historia se consideró el género más importante tradicionalmente.

Convertida en un género superior, donde los artistas debían esforzarse por destacar, con el fin de ganar reconocimiento, favor del público o el ingreso en las academias de pintura. Para lograr una pintura efectiva, el pintor debía tener conocimientos de otros géneros, como el retrato o el paisaje. Así como nociones de historia, literatura y religión.

Evolución de la pintura de historia

Inicialmente, el tema religioso predominó en la pintura de historia, especialmente en la edad media occidental. Sin embargo, en el renacimiento, se comenzaron a valorar otros tipos de temas no relacionados a la religión.

Artistas como Leonardo Da Vinci, teniendo como ejemplo su cuadro “La batalla de Anghiari”, el cual, se trata de una pintura al fresco que se realizó en el muro del Salón de los Quinientos ubicado en el Palazzo Vecchio en Florencia. Esta pintura representaba caballeros y caballos en movimiento, luchando por un estandarte con el símbolo de la ciudad de Florencia.

Otro artista, que se atrevió a adentrarse a otros temas, fue Sandro Botticelli. Una de sus obras más destacables es “Historia de Nastaglio degli Onesti”.

Posteriormente, la pintura histórica continuó desarrollándose en el periodo barroco. Siendo utilizada principalmente por la monarquía española.

Durante este periodo, algunos pintores como Diego Velázquez o Pedro Pablo Rubens, realizaron encargos sobre temas de batallas y religiosos. Gran parte de sus pinturas se vieron influenciadas por las peticiones de la monarquía y nobleza española.

Durante el neoclasicismo, movimiento estético que surge en el siglo XVIII, se ofreciió a la pintura de historia un tratamiento bastante destacado. Con pintores que tuvieron gran repercusión, como el francés Jacques-Louis David.

Aunque de Jacques-Louis David podemos destacar su cuadro “Juramento de los Horacios” referente a la antigüedad grecorromana. Sus mayores obras se produjeron durante la Revolución francesa, representando temas históricos de aquel momento. Por ejemplo, la pintura “La muerte de Marat” que se convirtió en uno de los cuadros más famosos de la revolución francesa.

La pintura de historia en el siglo XIX

Tras el periodo de desarrollo del neoclasicismo, y durante los acontecimientos de la revolución francesa y el siglo XIX. El género de pintura histórica, se inclinó y marcó como objeto principal la representación de héroes, que en su mayoría eran masculinos.

Durante este siglo XIX se comenzó a desarrollar la pintura de historia mezclada con la pintura de género (representaciones de escenas de la vida cotidiana). Es decir, que grandes acontecimientos se veían complementados con escenas de la vida cotidiana de grandes hombres. O las escenas cotidianas se enmarcaban en ambientaciones históricas.

Los artistas intentaban transmitir un mensaje tanto moral como instructivo para la vida cotidiana.

El rapto de las Sabinas - Jacques Louis David 1799
«El rapto de las Sabinas – Jacques Louis David 1799» Fuente: Wikimedia

De esta manera, se comenzaron a tratar eventos de la vida cotidiana. Por ejemplo, la pintura “Entierro en Ornans” realizada por el pintor francés Gustave Courbet. Con la que, un acontecimiento “banal” como fue denominado por los críticos de arte, se le trató como una pintura de historia, provocando escándalo e indignación.

En el cuadro, se ve reflejado un entierro, siendo mal recibido por los críticos en aquel entonces, por representar un evento tan popular con tal seriedad. Esta pintura fue importante y el punto de partida para el nacimiento del verdadero realismo (movimiento pictórico).

Con el pasar de los años, a finales del siglo XIX, este género se fue desarrollando hasta dar paso al modernismo, que fue una corriente de renovación artística durante el fin del siglo XIX y principios del siglo XX.

Como el género de pintura de historia era el favorito de las academias de pintura. Muchos movimientos surgieron como un rechazo a los temas históricos, especialmente los movimientos vanguardistas de la pintura contemporánea. En el siglo XX. Los temas de la vida cotidiana o los paisajes, se conviertieron en los preferidos de los pintores realistas e impresionistas, dejando el género histórico (que era un género superior) en segundo plano.

Características de la pintura de historia

El aspecto principal por lo que se caracteriza la pintura histórica, es por representar un acontecimiento de la historia, con una escena que sea capaz de dotar de narrativa propia a la pintura. Expresando en sí, la perspectiva del pintor con respecto a su entorno, periodo, o acontecimientos de la antigüedad. Transmitiendo una interpretación moral, intelectual o de la vida.

Otra de las características, es que son cuadros de grandes dimensiones, por eso, se utilizaban para la decoración de lugares públicos, muros grandes o edificios de gobierno, entre otros.

Por otro lado, los colores solían ser sobrios, el tratamiento de la pintura solía ser detallado, especialmente en la vestimenta de los personajes y los objetos que se utilizaban en la representación de la escena.

Habitualmente, los artistas para representar una escena se tomaban muchas libertades. Es decir, que el acontecimiento no necesitaba ser representado exactamente como había ocurrido. Lo importante era transmitir la idea del acontecimiento o evento que se estaba representando. Que, este realmente narrara la historia del mismo, dejando un mensaje para el público o espectador. Por esto, era un género muy alabado por la academia.

Tipos de pintura de historia

A lo largo de la historia, la pintura histórica a evolucionado según los acontecimientos, corrientes, eventos y técnicas de cada pintor. Es por ello, que no se puede englobar este género en un solo estilo.

De hecho, existen diferentes clases de pinturas o cuadros de historia, dependiendo del tema de origen que se representa. Por ejemplo, el artista podía representar acontecimientos clásicos o contemporáneos, también representar eventos literarios, del pasado cercano o alegóricos. De esta manera, se encuentran diferentes clases de cuadros dentro de la pintura de historia.

Pintura de historia religiosa

La pintura religiosa tiene una gran relación con la pintura de historia, ya que, en un principio, el objetivo principal de este género, era representar escenas con una moral religiosa.

Se tomaban escenas, donde representaban el antiguo y nuevo testamento de la biblia. También, se representaban la vida de algunos santos, así como la vida de Jesús, la virgen María madre de Jesús y figuras religiosas importantes. De este modo, al representar estos personajes en acontecimientos religiosos se pretendía dar una lección moral al espectador, honrando también la biblia.

Las vírgenes sabias y las vírgenes necias - obra de Peter von Cornelius, pintura al óleo, 1813 - 1819, Düsseldorf
«Las vírgenes sabias y las vírgenes necias – obra de Peter von Cornelius, pintura al óleo, 1813 – 1819, Düsseldorf» Fuente: Wikimedia

Con respecto a la representación en la pintura, por ejemplo, los santos era usual que fueran representados con sus atributos o iconografía. Es decir, que se representaban con las figuras u objetos identificativos propios de cada personaje, como rasgos físicos, incluyendo edad, sexo, canas, barba o no, etc. También, su tipo de vestimenta, objetos o animales.

Sin embargo, aunque los pintores integraban todos estos rasgos identificativos en los personajes, se requiere cultura o conocimiento por parte del espectador para una correcta interpretación de las obras.

Pintura mitológica

La pintura mitológica pertenece al subgénero de la pintura de historia, ya que, en la antigüedad la mitología fue uno de los temas más utilizados en el género superior histórico.

En estas obras se representaban escenas o personajes mitológicos, especialmente de la mitología grecorromana. Siendo uno de los temas artísticos más utilizados dentro del género de pintura histórica.

Al igual que ocurría en la pintura religiosa al representar los santos, se representaban a los dioses clásicos de la mitología con una característica o atributo que los identificaba. El ejemplo más usual, es la representación de Zeus, quien se ilustra como un hombre con barba y cabello blancos y un rayo.

Pintura alegórica

El término “alegoría” se traduce como “figuradamente”, de su definición, podemos deducir que la pintura alegórica trata de representar una idea utilizando figuras humanas, animales u objetos cotidianos. Es decir, que intenta dar una imagen a lo que no tiene imagendando forma y haciendo visible lo que es aún conceptual.

La pintura histórica, tenía un sentido moral, para representar virtudes humanas como, por ejemplo, la “fortaleza” o la “justicia”. Representando, estas virtudes de forma simbólica.

El perfecto ejemplo de esto, es la representación de la justicia, la cual, se ilustra como una mujer ciega con una espada y con una balanza. Por otro lado, también, existe una variante que combina acontecimientos de la historia reales, con objetos y elementos simbólicos y alegóricos.

Pintura de historia basada en relatos literarios

La pintura literaria, tiene relación con la pintura mitológica. Ya que, aunque se realizaban pinturas basadas en diversos temas literarios, muchas de las obras narraban historias de la antigüedad grecorromana.

Algunos de los textos que inspiraron la creación de pinturas para este género, fueron sobre todo las obras del dramaturgo William Shakespeare. También, poemas de Henry Wadsworth o Lord Tennyson. De igual manera, se incluyeron clásicos, como el relato de “Alicia en el País de las Maravillas” del escritor británico Lewis Carroll.

Ejemplos de pinturas de historia

Las obras de pinturas de historia son muy variadas, dependiendo de los subgéneros que ya mencionamos y definimos. Además, según el periodo donde se encontraba el artista y la corriente de la cual pertenecía.

Es por ello, que queremos mencionar diferentes obras importantes que han surgido a lo largo de la historia.

La fábula de Aracne

Esta es una obra del pintor español Diego Velázquez (unos de los mayores exponentes de la pintura barroca), esta pintura también es popularmente conocida como “Las hilanderas”.

La fábula de Aracne - Diego Velázquez 1656
«La fábula de Aracne – Diego Velázquez 1656» Fuente: Wikimedia

El cuadro, representa cinco mujeres (hilanderas) en una sala, donde preparan lanas. A la derecha, la mujer que viste una blusa blanca es una transposición de una de las figuras de la bóveda de la capilla Sixtina. Y, en el fondo aparecen otras tres mujeres en un tapiz, que se encuentran elegantemente vestidas, refiriéndose a una escena mitológica.

Durante mucho tiempo se consideró esta pintura como una pintura de género, debido a ser una escena de mujeres en una jornada de trabajo. Sin embargo, gracias a los significados presentes en la pintura y su ambigüedad, teniendo un simbolismo mitológico, terminó considerándose una pintura de historia.

Por otro lado, los colores que utiliza el pintor son monocromáticos (tonos ocres óxidos y tierras), usando capas de pintura finas y diluidas.

La fragua de vulcano

Esta también es una pintura de Diego Velázquez, que fue elaborada por la iniciativa del pintor. La escena de esta obra se encuentra representada en la penumbra de un taller, que es iluminado por una chimenea, donde predominan los colores terrosos (algo característico de Velázquez).

En el taller, interrumpe el dios del sol, quien irradia luz de la cabeza y del manto amarillo que lleva. Además, a la izquierda es visible un fragmento de cielo, con el cual, el artista representa dos mundos, el subterráneo y el celeste. Dando a entender que se tratan de Apolo y Vulcano.

La fragua de Vulcano - Diego Velázquez 1630
«La fragua de Vulcano – Diego Velázquez 1630» Fuente: Wikimedia

Esto, también se ve reflejado en la representación del personaje rubio siendo Apolo, con una corona de laurel (coronado como el dios de la poesía). Y Vulcano, que se ve reflejado en los hombres trabajadores, con la piel curtida por el esfuerzo.

Ciertamente, esta obra ha ofrecido diferentes interpretaciones, ya que, el tema tenía muy poca iconográfica, carecía de simbología y atributos para identificar los personajes que se debían representar.

La historia trata de lo reflejado en el poema “La metamorfosis” del poeta romano Ovidio. Cuando, Apolo (el dios sol “el que todo lo ve”), le revela al herrero Vulcano la noticia de adulterio de Venus con Marte. A lo que, el herrero se ofende al escuchar tal noticia, y pierde el control de sí mismo.

La libertad guiando al pueblo

Esta pintura es una de los más famosos de la historia, ya que cuenta un momento de la revolución francesa del día 28 de julio de 1830. Es un cuadro pintado por el artista francés Eugéne Delacroix, exactamente en el año 1830. Actualmente, se encuentra conservado en el Museo del Louvre de Paris.

El pintor representa la escena en la que el pueblo de Paris decide levantarse y luchar contra el rey Carlos X de Francia. Debido a que el rey había decretado suprimir el parlamento (órgano legislativo, representativo y colegiado). Además, tenía la intención de restringir la libertad de prensa.

Fueron tan grandes los disturbios que realmente no existe un único héroe, líder o cabecilla. Por lo que, el pintor representa en su cuadro a la “Libertad”, reflejada como una mujer muy hermosa, quien conduce al pueblo.

La libertad guiando al pueblo - Eugéne Delacroix 1830
«La libertad guiando al pueblo – Eugéne Delacroix 1830» Fuente: Wikimedia

En el lienzo, se observa a la libertad alegorizada portando la bandera de Francia. Junto a ella, se encuentra una masa de personas de distintas clases, alta, medio y baja. Dándo a entender al espectador que la revolución unió a las clases sociales.

De esta manera, el pintor representa al burgués como un hombre con un sombrero de copa, empuñando un fusil. Por otro lado, un hombre andrajoso que se encuentra herido pidiendo clemencia por Francia. Realmente, es una escena en la que el espectador se siente arrastrado por la unión y la energía de la multitud.

Referencias:

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182013000100008
https://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_de_historia
https://www.artehistoria.com/es/contexto/la-pintura-religiosa

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